“Nao Victoria, en el mar del sur, … tres sartenes de fierro, e tres asadores e tres parrillas fierro… Aveinte e seis dias del mes de julio, año del señor de mil e quinientos e veinte sei.”
Testamento de Juan Sebastián Elcano.
Esa parrilla de la que se servían para aviar las vituallas en las expediciones transoceánicas del siglo XVI, en el devenir de los tiempos saltó a tierra siendo usada para el mismo fin: Cocinar.
Con esa parrilla hemos desembarcado en estas tierras de Cádiz, sin otra pretensión que llevar a cabo nuestra forma de ver la gastronomía, siendo bendecidos por el abundante mar y la excelente materia prima que nos ofrecen estas tierras.
Brasa, calor, color, fuego, que nos acompañan desde los albores de nuestros orígenes.